Paralelismos Plásticos

Diálogos Contemporáneos

Abstración y naturaleza exterior

En este último apartado de la muestra, se han reunido un conjunto de obras en las que los artistas han explorado diversas formas de expresión inspirándose en la realidad exterior, recreando diversos paisajes. Las propuestas que se integran son escenarios que, sin duda alguna, representan confrontaciones introspectivas, en las que el artista ha encontrado en la naturaleza una materialización profunda. Como se ha mencionado antes, algunos autores ocuparon lugares destacados en el panorama pictórico de México desde los años sesenta y prosiguieron su actividad profesional décadas posteriores, en este caso citaremos a Juan Soriano (1920 - 2006), el suizo Roger Von Gunten (n. 1933), la inglesa Joy Laville (n. 1923), Héctor Cruz (n.1932) y Raymundo Martínez (n. 1938). En propuestas más contemporáneas encontramos a Manuela Generali (n. 1948), Miguel Ángel Alamilla (n. 1955), Miguel Castro Leñero (n. 1956), Sergio Hernández (n. 1957), Roberto Parodi (n. 1957), Mónica Castillo (n. 1961), Yolanda Paulsen (n. 1963) y Víctor Guadalajara (n. 1965).

Juan Soriano constituye una transición hacia la nueva pintura, dejando la figuración vinculada en cierto modo con Guerrero Galván, Julio Castellanos y con otros artistas de la Escuela Mexicana para dar cabida a nuevas manifestaciones plásticas, siendo así, uno de los autores que más ha influido en diversos artistas contemporáneos. Juan García Ponce considera que Soriano “pertenece a la categoría, sin clasificación posible” ya que este artista jalisciense se caracteriza por sus obras de gran libertad temática y estilística, lo que hace complicado colocar su obra dentro de una determinada evolución de los estilos. El jardín de Gina (1988), es una pieza que pertenece a su última época y en la que logra comunicar la armonía y la belleza a través de una compleja monocromía de verdes.

Roger Von Gunten llegó a México en 1957, toda su obra se enmarca en torno al ser humano y lo exótico de la naturaleza, su flora y su fauna. Homero Aridjis señala que “paisajes son las obras de Von Gunten, paisajes de cerros, paisajes de mujeres desnudas, paisajes de acantilados, paisajes de hongos, paisajes de firmamentos y paisajes de hombres”. Rio con pitones (1998) representa una de sus escenas paradisiacas y de juego, en los que la línea y el color recrean y transforman las formas de la naturaleza.

“Paisajes son las obras de Von Gunten, paisajes de cerros, paisajes de mujeres desnudas, paisajes de acantilados, paisajes de hongos, paisajes de firmamentos y paisajes de hombres”.
Homero Aridjis

La artista Joy Laville, cuyo desarrollo artístico ha tenido lugar en México, se acerca a la naturaleza recreada por Von Gunten. Entre una situación transitiva, de la figuración a la abstracción, se ubica el trabajo de Laville, donde sus imágenes surgen de la realidad y ensueños. Ya aseveraría Juan García Ponce que “en principio, tal vez no sería inadmisible afirmar que la pintura de Joy Laville se nos entrega como una suerte de sueños sobre la realidad”, en la temática de sus obras hay mujeres de cuerpos alargados, floreros sobre mesas y a veces paisajes playeros. Por otra parte, Héctor Cruz ha pasado varias etapas en su experimentación de propuestas plásticas, desde el realismo hacia un concepto expresionista. Raquel Tibol refiere que Héctor Cruz “ha pintado murales, ha realizado esculturas, y en el caballete ha transitado desde el realismo característico de la Escuela Mexicana al expresionismo y el simbolismo, para entrar después intensamente al cultivo del paisaje” volcándose hacia configuraciones abstractas.

“En principio, tal vez no sería inadmisible afirmar que la pintura de Joy Laville se nos entrega como una suerte de sueños sobre la realidad”.
Juan García Ponce

Propuestas contemporáneas en las que el paisaje natural también es motivo de expresión plástica se aprecia a través de la obra de Manuela Generali, donde figura el mar, muros de barcos y paisajes en diferentes épocas. En Leyendo sobre la playa (1995), Manuela marca, con extrema sutileza del color, los límites del horizonte y más que el propio paisaje, las obras de Manuela son recreaciones de imágenes y emociones internas.

Miguel Ángel Alamilla se ha interesado más en cuestiones estéticas y plásticas formales relacionadas con el transcurso del tiempo y su efecto en el ambiente. En Paisaje natural (s. f.), crea una atmósfera a través de planos yuxtapuestos en tonos verdes y ocres, en el que la textura brinda fuerza y estabilidad en la composición. Aunado más a la literatura y a su propia imaginación Miguel Castro Leñero genera los temas de su pintura, donde la textura es su referente particular en la que aparecen animales, caminos, montañas, nubes y casas. Interesante es, asimismo, el mundo fantasmagórico y mítico del artista oaxaqueño Sergio Hernández, que también ha sido un ávido lector, encausado a la naturaleza y la riqueza del arte popular de su lugar natal, sus obras conllevan a un continuo ejercicio desde el punto de vista narrativo. Uno de los mejores ejemplos pictóricos, que domina los matices del color, es, sin duda alguna, Roberto Parodi, en Paisaje amarillo (1995) el artista expande el color amarillo para marcar las siluetas y formas que surgen de la tierra frente al azul del cielo, “sus sofisticados motivos se apartan del regionalismo y acusan una consciente absorción de las ultravanguardias, sin dejar por ello de aludir a uno de sus pintores predilectos: Jean Dubuffet.”

Dentro de las innovaciones visuales y materiales podemos citar a tres artistas: Víctor Guadalajara, quien es muy propositivo en la construcción visual de partes articuladas que involucran una referencia espacial y lumínica más allá del bastidor, Elipsis 1 gran paisaje (s .f.) representa un panorama natural dentro de una figura elíptica, pareciese un ojo gigante en el que el cuadro interior, la pupila, representa la entrada hacia una mirada introspectiva del artista. Mónica Castillo, que cuestiona la identidad y femineidad a través de la pintura y diversos medios materiales orgánicos e inorgánicos y Yolanda Paulsen que problematiza lo sublime de la naturaleza. La obra El cielo que llevamos dentro (s. f.), forma parte de una serie que Paulsen comenzó a realizar desde el 2004. Unas nubes placenteras, con formas arborescentes, son las protagonistas que aparecen sobre un fondo claro azulado, sutileza que la artista acentúa a veces con un pequeño avión a escala. Pero, como bien menciona Gonzalo Vélez, “la percepción cambia sutilmente cuando nos enteramos de la procedencia de esas nubes: como molde para el vaciado del silicón, la artista recurrió a pulmones de animales, de modo que lo que se obtiene es propiamente el negativo del tejido de los bronquios” exponiendo de esta manera la profusa batalla de la vida misma frente a la artificialidad del mundo contemporáneo.