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De Baján a Chihuahua
La Ruta de Hidalgo



Presentación

La ruta seguida por Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez y el resto de los Insurgentes desde Santa María de Guadalupe de Baján (o Norias de Baján) hasta la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, del 21 de marzo al 23 de abril de 1811, tiene, en sí misma, un valor emblemático. Representa el recorrido que, como reos de la Corona Española, realizaran los principales caudillos de la insurgencia, para ser conducidos, desde su prendimiento, hasta la sede de la Comandancia General de las Provincias Internas para ser juzgados y fusilados por el delito de querer poner en independencia a este reino de la Nueva España.

Ciudades, villas, pueblos, haciendas y rancherías tienen como parte de su historia el paso de Hidalgo y los otros 22 líderes Insurgentes que lo acompañaban en esta penosa ruta a través del desierto y el llano. Se haya hecho ahí alguna escala para pernoctar, herrar las bestias y hacerse de bastimentos, o nada mas se haya pasado, con eso es suficiente para que en la memoria de cada uno de esos lugares se consignara el paso de aquellos que el gobierno español describía como: ladrones y forajidos; los peores monstruos de la humanidad que habían puesto al padre contra el hijo, al hijo contra el padre, al marido contra la esposa, a la mujer contra el marido, al vasallo contra el vasallo… rompiendo los vínculos sagrados que os unen a Dios, al Rey y a la Patria; trastornando en fin y confundiendo todo el orden social, todo lo divino y humano.

No obstante, con el tiempo y a despecho de sus enemigos, Hidalgo y el resto de los líderes insurgentes, siguen siendo el símbolo de la Independencia de México. Y de ese símbolo, con orgullo y sentido de pertenencia, participan los lugares del itinerario seguido desde Baján hasta Chihuahua. Conocer de estos lugares y de las posibles formas en que los Insurgentes fueran conducidos como reos, resulta de no poca importancia.

Más allá de la tradición local, permanece el testimonio de los documentos que consignan el rumbo seguido por la caravana militar con los reos y algunas descripciones de la forma en que eran conducidos y tratados. Destacan en este sentido los testimonios de Fray Gregorio de la Concepción, de Melchor Guasp o los informes del teniente coronel Manuel Salcedo, Gobernador de la Provincia de Texas, los que fueran compilados por Juan Hernández y Dávalos en el Siglo XIX y han servido de base a los más connotados historiadores de la Insurgencia como Luís Castillo Ledón, Antonio Pompa y Pompa, Carlos Herrejón Peredo, Patricia Galeana, Gildardo Contreras Palacios, Felipe Hechenique y Víctor Orozco O., entre otros, en cuyos textos nos hemos basado para esta exposición.

De igual manera, resultan de suma valía las imágenes que en 1907 tomaran el fotógrafo Gustavo F. Silva y el Lic. Luís Castillo Ledón de los distintos lugares por los que transitara Don Miguel Hidalgo y Costilla para generar una colección que se exhibiría en el Centenario de la Independencia Nacional. Ahora bajo custodia de la Fototeca INAH y gracias a la generosidad del Director del Museo Nacional de Historia, Dr. Salvador Rueda Smithers, estas fotografías constituyen la base de este interesante recorrido por las entonces Provincias Internas del Norte.

Para Casa Chihuahua es muy grato presentar a ustedes la llamada ruta de Hidalgo, a la que hemos titulado De Baján a Chihuahua. Los libros de texto y folletos explicativos del tema, refieren de manera muy simple la travesía, sin señalar que los casi 700 kilómetros recorridos por "camino real" en el llamado Gran Desierto de Chihuahua (que abarca Coahuila, parte de Chihuahua y otra pequeña parte de Durango), se realizó en un mes, en medio de un numeroso contingente militar y sin ningún miramiento para con los reos. Se habla de la traición del capitán Elizondo en Baján, del prendimiento, pero luego sin referir mayor detalle, se señala que fueron juzgados y ejecutados en Chihuahua, como si el traslado se hubiere realizado en un "abrir y cerrar de ojos". El público en general desconoce los detalles y circunstancias de la travesía, los que a través de esta exposición tratamos de hacer evidentes, para así despertar la curiosidad y saber más sobre este suceso que es parte del nacimiento de nuestra Nación.


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Los Insurgentes en Chihuahua

En la Comandancia General de las Provincias Internas de Chihuahua, en octubre de 1810 se recibieron los primeros informes sobre el levantamiento de Dolores. El comandante Nemesio Salcedo, a cargo de la Comandancia, atribuyó lo sucedido a emisarios de Napoleón Bonaparte, por lo que ordenó la mayor vigilancia. Sin embargo, fue el 23 de abril de 1811 cuando, ante la sorpresa de la población, llegaron al Real Hospital Militar los primeros caudillos de la insurrección en calidad de prisioneros, luego de haber sido aprehendidos en las norias de Acatita de Baján, Coahuila.

Los cabecillas del movimiento fueron conducidos a la Villa de Chihuahua, por ser esta la residencia oficial de la Comandancia Militar de las Provincias Internas, en cuya jurisdicción fueron aprehendidos. Poco antes de su arribo, el brigadier Nemesio Salcedo hizo pública una proclama en la que prohibía a los habitantes de Chihuahua que formaran grupos o dieran muestras de una imprudente compasión hacia los reos, bajo pena de fuertes multas económicas o castigos corporales.

Casi treinta insurgentes llegaron a Chihuahua a pie, en collera de prisioneros, el 23 de abril de 1811, siguiendo el antiguo camino del rancho de Ávalos (hoy Panteón de Dolores) y la gente, en silencio y con indignación, los vio pasar por las calles con rumbo a los lugares de su prisión: el Real Hospital Militar —ubicado en el excolegio de Nuestra Señora de Loreto— y en el convento de San Francisco. Durante su estancia de poco más de tres meses en la Villa de Chihuahua, Hidalgo estuvo preso en el cuartito número 1 del Hospital Militar, formado por la inconclusa torre de la capilla del excolegio de jesuitas, totalmente incomunicado y vigilado permanentemente.


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Melchor Guasp y Miguel Ortega

A diferencia del trato injurioso y calumnioso que recibió de los jueces, en el calabozo Hidalgo contó con el respeto y la amabilidad de sus carceleros: el Alcaide Melchor Guasp y el cabo de las milicias urbanas Miguel Ortega, quienes posiblemente hayan sido sus últimos amigos antes de morir. A ambos personajes Hidalgo, en señal de gratitud, les dedicó unas décimas que escribió con carbón en una de las paredes de la torre en que se encontraba cautivo, además de la frase “La lengua guarda al pescuezo”. Lamentablemente, dicho muro fue destruido por el arquitecto encargado de las obras de construcción del Palacio Federal, siendo las décimas transcritas en las placas de bronce que actualmente se encuentran en el lugar.

Las décimas de Miguel Hidalgo


Versos escritos por el Padre de la Independencia de México, con un pedazo de carbón en la pared de la capilla el 29 de julio de 1811, víspera de su fusilamiento.

Ortega tu crianza fina
tu indole y estilo amable
siempre te haran apreciable
aun con gente peregrina;
tiene protección divina
la piedad que has ejercido
con un pobre desvalido
que mañana va a morir
y no puede retribuir
ningun favor recibido.

Melchor tu buen corazón
ha adunado con pericia
lo que pide la justicia.
...
y exige la compasión.
Das consuelo al desvalido
en cuanto te es permitido,
partes el postre con él;
y agradecido Miguel
te dá las gracias vencido.

Miguel Hidalgo y Costilla

Chiª 29 de 1811.



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El proceso y la ejecución

Sobre Hidalgo pesaban fuertes acusaciones del gobierno, siguiéndosele primero un proceso eclesiástico y, posteriormente, uno militar. El 29 de julio, el tribunal eclesiástico lo degradó, privándolo de todos los fueros y ornamentos clericales al despojarlo de su investidura sacerdotal y, luego, lo entregó a las autoridades militares, las que le notificaron su sentencia de muerte, a tener efecto el 30 de julio a las 7:00 de la mañana.

Según documentos y testimonios de la época, poco antes de su fusilamiento se le llevó a Don Miguel Hidalgo el desayuno, quien notando que le llevaban menor cantidad de leche que la acostumbrada, reclamó diciendo que “no porque le iban a quitar la vida debían reducirle la leche”. Posteriormente fue conducido desde su prisión hasta el patio del excolegio de jesuitas —dicho patio se ubicaba en el actual Palacio de Gobierno— donde habría de ser fusilado a manos de un pelotón compuesto por doce soldados, comandados por el Teniente Pedro Armendáriz. De aquellos soldados conocemos los nombres de: Juan Vicente García, Felipe Varela, Antonio Parra, Albino Parra, Juan Molina, José Quintana, Miguel Ruíz, José Tarín y Victorino Torres. El inmueble se encontraba resguardado ese día por mil soldados en el exterior y doscientos en su interior, previendo cualquier intento por liberar al reo o manifestación a favor de la insurgencia. Para entonces, después de tres meses de estancia de Hidalgo en la Villa, la causa de la independencia había ganado algunos adeptos en el lugar.

De camino a su ejecución, Hidalgo recordó que en su cuarto había dejado algunos dulces, los cuales solicitó le fueran llevados y se detuvo a esperarlos. Al compartirlos con los soldados que lo escoltaban y sabiendo que el pelotón tenía órdenes de no disparar sobre su cabeza, temió sufrir mucho, por lo que les dijo “la mano derecha que pondré sobre mi pecho será, hijos míos, el blanco seguro a que habéis de dirigiros”.


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La gran templanza del Padre de la Patria

En una carta que el Teniente Armendáriz posteriormente escribiera señalando la gran templanza mostrada por el Padre de la Patria en su última hora, nos describe el fusilamiento de la siguiente manera:

… Lo condujimos al corral del mismo Hospital a un rincón donde le esperaba el espantoso banquillo; la marcha se hizo con todo silencio. Llevaba en la mano derecha un librito y un crucifijo en la izquierda. Llegó al banquillo y entregó a un sacerdote el librito y sin hablar palabra por sí, se sentó en tal sitio, en el que fue atado con dos portafusiles de los molleros, y con una venda de los ojos contra el palo, teniendo el Crucifijo en ambas manos, y la cara al frente de la tropa, que distaba formada dos pasos, a tres de fondo y a cuatro al frente; con arreglo a lo que previne, le hizo fuego la primera fila: tres de las balas le dieron en el vientre y la otra en un brazo que le quebró; el dolor lo hizo torcerse un poco el cuerpo, por lo que se zafó la venda de la cabeza y nos clavó aquellos hermosos ojos que tenía. En tal estado, hice descargar la segunda fila que le dio toda en el vientre, estando prevenidos que le apuntasen al corazón; poco extremo hizo, sólo sí, se le rodaron unas lágrimas muy gruesas. Aún se mantenía sin siquiera desmerecer en nada aquella hermosa vista, por lo que le hizo fuego la tercera fila, que volvió a errar no sacando más fruto que haberle hecho pedazos el vientre y espalda, quizá sería porque los soldados temblaban como unos azogados. En este caso tan apretado y lastimoso, hice que dos soldados le dispararan poniéndole la boca de dos cañones sobre el corazón, y fue con lo que se consiguió el fin…

El cuerpo de Hidalgo fue expuesto al público durante algunas horas en una mesa a la derecha de la puerta principal del Hospital y sobre ella una silla, en la que lo sentaron para que sirviera de escarmiento a todos aquellos que intentaran sublevarse y seguir la causa insurgente.

El pueblo, conmovido, desfiló frente al cadáver, ocultando lágrimas y gestos de desaprobación por lo sucedido. Al oscurecer, se hizo decapitar el cadáver, tal y como se había hecho con Allende, Aldama y Jiménez. Las cuatro cabezas fueron enviadas a Guanajuato para ser expuestas en unas jaulas de hierro en las cuatro esquinas de la Alhóndiga de Granaditas. Los restos del Padre de la Patria fueron recogidos por los frailes franciscanos, quienes le dieron cristiana sepultura en la capilla de San Antonio, anexa al templo de San Francisco.


Fotografía del templo de San Francisco de William H. Jackson

William Henry Jackson (1843-1942)
Church of San Francisco
(El templo de San Francisco)
Entre 1880 y 1897

Negativo en cristal
5"x7" (12.7x17.8cm.)

Cortesía de Library of Congress, Prints and Photographs Division [LC-D418-5214]


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Ejecutados en Chihuahua

Entre los meses de mayo y julio de 1811, en Chihuahua fueron ejecutados más de veinte Insurgentes, además de Miguel Hidalgo, quienes fueron capturados en Acatita de Baján.

10 de mayo de 1811

Mariscal Ignacio Camargo (1772 – 1811)

Nació en Celaya de familia acomodada. Estuvo en contacto con Ignacio Allende desde antes de la insurrección. Es posible que fuera el encargado de dar inicio a la rebelión en Celaya. Hidalgo le dio los grados de Coronel y de Mariscal.

Preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, fue enviado a Chihuahua, encarcelado en la celda 15 del Convento de San Francisco, y ejecutado el 10 de mayo de 1811.


Brigadier Juan Bautista Carrasco (¿? – 1811)

Nació en Acámbaro, Michoacán. Se unió a los primeros insurgentes el 16 de septiembre de 1810. Comisionado por Mariano Jiménez para tomar las Provincias Internas de Oriente. Cayó prisionero en Acatita de Baján. Fue trasladado a Chihuahua, encerrado en la celda 17 del convento de San Francisco y fusilado el 10 de mayo de 1811.


Capitán Agustín Marroquín (¿? – 1811)

Este personaje de pésimos antecedentes fue escogido como verdugo en Guadalajara. Recibió de Hidalgo el grado de capitán. El 12 de diciembre de 1810 asesinó a unos 48 españoles peninsulares. Preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, enviado al Real Hospital Militar de Chihuahua, donde fue fusilado el 10 de mayo de 1811.


11 de mayo de 1811

Mariscal Francisco de Lanzagorta (1791 – 1811)

Nació en la Villa de San Miguel el Grande. Era Capitán del Regimiento de Sierra Gorda. Asistió a las reuniones de la junta de Querétaro. Ayudó a liberar a los presos en Guanajuato el 16 de septiembre de 1810. Fue comisionado por Allende para extender la Revolución en San Luís Potosí, donde intervino en varias acciones bélicas en unión de Mariano Jiménez, con quien entró en Saltillo y en Monterrey.

Apresado en Acatita de Baján, fue enviado a Chihuahua y encerrado en la celda 8 del Convento de San Francisco, para ser juzgado y luego pasado por las armas, el 11 de mayo de 1811.


Coronel Luis G. Mireles (¿? – 1811)

Aprehendido por el Teniente Coronel Ignacio Elizondo en Acatita de Baján, el 21 de marzo de 1811. Fue enviado a Chihuahua, encarcelado en el Convento de San Francisco y ejecutado el 11 de mayo.


6 de junio de 1811

Ramón de Garcés (¿? – 1811)

Fue regidor de Zacatecas y licenciado en derecho. Preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, fue enviado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, donde se le encarceló en el Real Hospital Militar para ser ejecutado el 6 de junio.


Tesorero y Brigadier Mariano Hidalgo (c1770 – 1811)

Medio hermano del padre Miguel Hidalgo, lo acompañó junto con Ignacio Allende, Juan Aldama y José Santos Villa en los primeros movimientos de insurrección. Se le confió la tesorería del ejército. Preso en Acatita de Baján, fue enviado a Chihuahua y encerrado en la celda 12 del convento de San Francisco para ser fusilado el 6 de junio de 1811.


Mayor de Plaza Pedro de León (¿? – 1811)

Detenido en Acatita de Baján. El padre Hidalgo lo citó en su declaración. Fue fusilado en Chihuahua el 6 de junio de 1811.


Brigadier Juan Ignacio Ramón (¿? – 1811)

Nació en San Antonio de la Nueva Tlaxcala, ahora Lampazos de Naranjo, en Nuevo León. Fue capitán del ejército insurgente. Se adhirió a la causa de los rebeldes en Monterrey. Fue aprehendido en Acatita de Baján, trasladado a Chihuahua, encerrado en la celda 17 del Convento de San Francisco y fusilado el 6 de junio de 1811.


José Santos Villa (¿? – 1811)

Director de la banda de música. Preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, fue llevado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, encerrado en el cuarto 11 del Real Hospital Militar y ejecutado el 6 de junio del mismo año.


Mariscal Nicolás Zapata (1770 – 1811)

Nació en Real de Catorce, San Luis Potosí, en 1770. Se levantó en armas en San Luis Potosí el 10 de noviembre de 1810, uniéndose a las fuerzas de Jiménez. Fue aprehendido por conspirar contra el gobierno del virreinato, y luego liberado por Mariano Jiménez, a quien acompañó en su campaña. Fue aprehendido en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, mientras fungía como escolta de avanzada de Jiménez.. Se le trasladó a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, donde fue encerrado en la celda 6 del Convento de San Francisco. Fusilado el 6 de junio de 1811.


26 de junio de 1811

Teniente General Juan Aldama (1774 – 1811)

La noche del 15 de septiembre de 1810 viajó a Dolores, llevaba un mensaje “los conspiradores de Querétaro han sido detenidos”. El padre Hidalgo determinó iniciar ese mismo día la insurrección. Fue preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811 y enviado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua. Preso en el cuarto 3 del Real Hospital Militar y fusilado el 26 de junio.

Su cabeza fue enviada y exhibida en una de las esquinas de la alhóndiga de Granaditas, junto con las de Ignacio Allende, Miguel Hidalgo y Mariano Jiménez.


Generalísimo Ignacio Allende (1769 – 1811)

Ignacio José de Allende y Unzaga nació el 21 de enero de 1769 en la Villa de San Miguel el Grande, ahora llamado San Miguel de Allende. Fue el promotor de las juntas secretas de San Miguel y Querétaro.

El 21 de marzo de 1811 fue aprehendido en Acatita de Baján. Trasladado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, encerrado en el cuarto 2 del Real Hospital y fusilado el 26 de junio.

Su cabeza fue enviada y exhibida en una de las esquinas de la alhóndiga de Granaditas, al igual que las de Miguel Hidalgo, Mariano Jiménez y Juan Aldama.


Capitán General Mariano Jiménez (1781 – 1811)

José Mariano Jiménez nació el 18 de agosto de 1781 en San Luis Potosí. Se unió a las tropas de Miguel Hidalgo en Guanajuato. Siempre se mostró magnánimo con los prisioneros españoles.

Aprehendido en Acatita de Baján, fue enviado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua y encerrado en el cuarto 4 del Real Hospital Militar. Fue pasado por las armas junto con Ignacio Allende, Juan Aldama y Rafael Santa María el 26 de junio de 1811.

Su cabeza fue enviada y exhibida en una de las esquinas de la Alhóndiga de Granaditas.


Mariscal Manuel de Santa María (¿? – 1811)

Español nacido en Sevilla. Cuando apoyó a la insurgencia fungía como gobernador del Nuevo Reino de León, motivo por el cual toda la provincia siguió su ejemplo.

Prisionero en Acatita de Baján, fue trasladado a Chihuahua, encarcelado en la celda 13 del Convento de San Francisco y ejecutado junto con Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez el 26 de junio de 1811.


27 de junio de 1811

José María Chico y Linares (c1780 – 1811)

Como secretario de Hidalgo firmó varios nombramientos, entre ellos el de José María Morelos como coronel del sur. Fue escogido como Presidente de la Audiencia de Guadalajara. Aprehendido en Acatita de Baján, fue enviado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua y fusilado por la espalda el 27 de junio de 1811.


Brigadier Onofre Gómez Portugal (c1780 – 1811)

Fue brigadier en el ejército insurgente. Preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, fue llevado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, encerrado en la celda 18 del convento de San Francisco y ejecutado el 27 de junio del mismo año.


José Manuel Ignacio Solís (¿ – 1811)

Participó en la insurgencia desde que ésta inició en Dolores. Fue nombrado Intendente General del ejército. Aprehendido en Acatita de Baján, fue enviado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, encerrado en la celda 14 del Convento de San Franciso y fusilado el 27 de junio de 1811.


Director de ingenieros Isidro Vicente Valencia (1776 – 1811)

Nació en Tlalpujahua, en 1776. Alumno de ingeniería. Se unió a los insurgentes en Zacatecas por el mes de febrero de 1811. Fue nombrado Director de Ingenieros por los caudillos insurgentes. Cayó prisionero en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811. Fue trasladado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, encerrado en la celda 14 del Convento de San Francisco y ejecutado el 27 de junio de ese año.


30 de julio de 1811

Exgeneralísimo Don Miguel Hidalgo y Costilla (1753 – 1811)

El 21 de marzo de 1811 fue aprehendido en Acatita de Baján. Trasladado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, encerrado en el cuarto 1 (la torre) del Real Hospital Militar y fusilado el 30 de julio.

Su cabeza fue enviada a la alhóndiga de Granaditas junto con las de Ignacio Allende, Mariano Jiménez y Juan Aldama.


Fecha de ejecución sin precisar

Manuel Garcés (¿? – 1811)

Intendente de Zacatecas. Preso en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811, fue enviado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, donde se le encarceló y ejecutó.


Capitán José Plácido Morrión (¿? – 1811)

Fue aprehendido en Acatita de Baján, por el teniente Coronel Ignacio Elizondo, el 21 de marzo de 1811 y trasladado a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, donde fue fusilado.


Alférez Trinidad Pérez (¿? – 1811)

Capturado en Acatita de Baján el 21 de marzo de 1811. Se le trasladó a la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua para ser juzgado, condenado y ejecutado.


Capitán Ventura Ramón (¿? – 1811)

Capitán del ejército insurgente. Fue pasado por las armas en la Villa del San Felipe el Real de Chihuahua.


"A presidio" (encarcelados)

Mariscal Mariano Abasolo

A presidio ultramarino con confiscación.


Mariscal Pedro Aranda

A presidio ultramarino con confiscación.


Coronel Andrés Molano

A presidio ultramarino, con confiscación.


Soldado Ignacio Maldonado

A presidio ... Conducido por frontera.


Teniente Carlos Martínez

A presidio ... Conducido por frontera.


Capitán Jacinto Noroña

A presidio ... Conducido por frontera.


Con el fusilamiento de Hidalgo y sus compañeros, en la Villa de San Felipe el Real de Chihuahua, terminó la primera etapa de la insurgencia novohispana.


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Otros documentos


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Vínculos

La Ruta de Hidalgo de Carlos Herrejón Peredo.

El recorrido que se realizó de Baján a Chihuahua de Gildardo Contreras Palacios.

La Ruta de Hidalgo, artículo en El Diario de Coahuila.

Cabezas de Aguila - Ruta de Hidalgo 1810-1811 de Benjamín Arredondo.


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